CONTAR:
Acabas de levantarte. Estás en un pozo
y el agua sube. Te cubre la cintura. Tienes que escapar, y ves que no
hay techo.
MOSTRAR:
Sientes un fuerte dolor en la cabeza.
Todo está borroso a tu alrededor, y por muy extraño que parezca,
también está húmedo.
Intentas pensar con claridad, ¿a dónde
has ido a parar? ¿qué es ese sonido que escuchas?
Te das la vuelta y ves un pequeño
agujero del que sale agua en abundancia. Pronto comienza a subir el
nivel del líquido transparente y te llega hasta la cintura.
Tienes que salir de aquí, pero no
parece haber escapatoria, solo muros de piedra por todos lados,
exceptuando el techo, que es la única zona al descubierto.
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Fragmento:
"Observas el reloj con inquietud. La
manecilla avanza lenta pero inexorablemente. No queda casi tiempo
para que la alarma suene y con ella se de por finalizado otro día
más de trabajo."
"Miras el reloj. La manecilla avanza muy lentamente. Dentro de poco sonará la alarma y acabará otro día más de trabajo."
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Juego:
El fiero dragón me observaba con sus
ojos inyectados en sangre mientras trataba de decidir qué clase de
destino debía escoger para alguien como yo.
Entretanto, desvié la mirada para
acabar posándola sobre una palanca situada detrás de la gran
bestia.
Estaba seguro de que llegar hasta ella
no iba a ser tarea fácil, pero era la única oportunidad que tenía
de salvarme, por lo que sin darle más vueltas, decidí...
> Correr con todas mis fuerzas hacia
la palanca.
No fue muy inteligente por mi parte,
pero de todas formas no iba a encontrar otra oportunidad para llegar
hasta ella. Corrí con todas mis fuerzas, y esquivé los colmillos
del dragón cuando intentaba morderme.
Sin que llegara a darme cuenta, acabé
junto a la palanca. Solo quedaba tirar de ella, y sin perder más
tiempo jalé con todas mis fuerzas. Un fuerte estruendo sonó, y...
> Esperar, pues estaba seguro de que
había llamado la atención del dragón.
Un movimiento inteligente por mi parte,
(aunque en realidad me quedara quieto) el dragón bostezó y decidí
que nunca llegaría a encontrar un momento mejor. Por lo que corrí
con todas mis fuerzas hacia la palanca y me abalancé sobre ella.
Jalé con todas mis fuerzas. Un fuerte estruendo sonó, y...
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